Mundo de J.V. Marjov, exposición individual realizada en la galería Muelle27 de Madrid en 2003, recogía una serie de obras que visualizaban el proceso mediante el cual un personaje, una especie de alter ego del autor, delimitaba, observaba y recorría su pretendido mundo personal. Un mundo poblado de objetos y estancias diversas: bibliotecas ubicadas en escenarios a modos de atrezo, desvanes abandonados poblados de objetos destartalados, baúles que escondían accesos a pasajes secretos… Espacios y objetos que funcionaban como metáfora del mundo imaginario personal, del refugio formado por nuestros recuerdos, sueños, miedos y esperanzas del protagonista.
También se aludía a la capacidad de la pintura para cartografiar el universo y retratar (y auto-retratar) al ser humano, capacidad ilustrada en ocasiones mediante el uso de dispositivos pre-fotográficos que aquí son utilizados por su capacidad poética o metafórica y sobre los que experimentaríamos años más tarde como herramientas efectivas de la pintura y el dibujo.